Mujeres&Twitter XXII

@negra

Hay un millón de cosas lindas que se escriben sobre las mujeres (sobre todo en días como éstos, con marketing incluído, claro) que si son el centro de la familia, que si son valientes, fuertes, el 'sexo-no-débil'... Que si son esto, que si son lo otro... Y no me quejo, es algo lindo.

Una se encanta leyendo eso, y suspira, y se le llena la cabeza de pájaros. Una pierde la cabeza. La poesía fluye, y la prosa se desliza vertiginosamente en biografías y novelas de abuelas y madres luchadoras; mujeres esforzadas que capean acontecimientos alternos a los hechos históricos oficiales (por lo general somos parte del backstage). Estas letras se imprimen, se vuelven libros, se desdoblan en coloridas tarjetas. Viajan por la red en bytes, se transforman en letras saltarinas de e-mails...

Sin embargo el trato hacia nosotras en algunos países es inversamente proporcional a lo que se escribe. Se nos viola, mutila, abandona. Se nos anula como seres humanos, se nos utiliza como mercancía, se nos aborta si somos del sexo femenino. Se nos asesina porque somos una 'propiedad intransferible'. Servimos eficazmente de pushing bag. Se nos usa de mulas para transportar droga. Somos multi-usos, como el jabón de lavar platos que 'no te arruina las manos'...

Por un lado no soy adepta a celebraciones de ocho de marzo (no estoy muy bien ubicada en el tiempo y el espacio, y por lo tanto las 'fechas especiales' se me escurren del calendario). Por otro lado, odio el cinismo. Si hay mujeres que se sienten reconocidas y les gusta celebrar esta fecha, enhorabuena. Si las hay quienes se vuelven puercoespines para que no se les acerque nadie con la mínima intención de saludarlas, pues están en todo su derecho. Sin embargo, no concuerdo con las que suelen abanderarse de un feminismo violento y agresivo, aunque también tienen su espacio para manifestarlo.

Si me llega el cariño de cualquier persona (o la diplomacia) en un saludo heredado de 146 mujeres que murieron por sus derechos, mi respuesta es un sentido gracias.

Pero sinceramente preferiría que una palabra que no aparece mucho por ahí, ni escrita siquiera, se haga real, se viva y se comparta entre hombres y mujeres: respeto.

Un abrazo,

Pau

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