martes, 5 de junio de 2007

fallecimiento de A. Latendorf

(para ver este articulo completo, por favor visite http://www.anred.org/article.php3?id_article=2119)

Compartimos,
con pesar la triste noticia del fallecimiento A. Latendorf. Adjuntamos su discurso en la sesion legislativa en que se aprobo la Union Civil de la Cdad. de Bs As., discurso realmente emotivo y oportuno para recordar a este verdadero luchador incondicional de los derechos humanos, sociales y ciudadanos (incluidos los de la diversidad sexual y de genero).



"Sr.
Latendorf.- Pido la palabra.

Señor presidente: después de más de dos años de estar en esta Legislatura, me parece que esta noche es la mejor de mi vida parlamentaria, porque me siento profundamente emocionado por la circunstancia de que nos vamos a colocar al frente de toda Latinoamérica
en una actitud de comprensión humana y de reconocimiento de las diferencias y también de la construcción de un instrumento que merecían homosexuales y lesbianas en la Ciudad de Buenos Aires.

Yo me he propuesto que las discusiones sean producto de una actitud respetuosa. No voy a agregar factores que creen tensión y me alegra que el diputado preopinante haya recurrido a lo que nos está prohibido a muchos diputados, es decir a traer nuestra barra propia.
Nos está prohibido porque se han tomado una serie de determinaciones para el uso de una tarjeta que nos permite, a cada diputado, traer a un solo invitado. Sin embargo, creo que aquí está toda la segunda sección completa, lo que significa que ha entrado más que un invitado por diputado.

He planteado una observación que se refiere, fundamentalmente, a los dos despachos de minoría. Es decir, efectúo una crítica a esos dos despachos de minoría. Me refiero a los despachos de los diputados Enríquez y Caeiro, que acaba de hablar.

En los fundamentos de mi observación digo que apoyo en todos sus términos el despacho de mayoría 2604, que ateniéndose al Artículo 145 fue despachado en minoría por las comisiones de Derechos Humanos, Garantías y Antidiscriminación, de Asuntos Constitucionales, de
Legislación General y del Trabajo y de Presupuesto.

Mi observación se refiere al despacho en minoría presentado por el diputado Enríquez. El despacho a que aludo es peligrosamente discriminador. Mucho se ha hablado del mismo, ha sido motivo de análisis mediático y de repudio de cantidad de gente que entiende que debe
existir igualdad de oportunidades, garantías y justicia para todos.
No es cierto que la enorme mayoría de la gente no admitiría el carácter matrimonial de una unión homosexual.

El despacho trata a la presente ley como inoportuna cuando sabemos que es necesaria. Se dice que no tiene que ver con el incendio que vive nuestra Argentina. Quienes ponen voces de alarma son aquellos que la incendiaron: los militares y los políticos que hablan por ellos, junto a la Iglesia cómplice. Los mismos que asesinaban por revolucionarios y también asesinaban por diferentes, y discriminaban a cuanto homosexual se pusiera a su frente.

Hoy, los métodos son otros, pero la discriminación sigue estando a la orden del día. Las lesbianas y homosexuales viven relegados, guardados en el placard. Desde esta Legislatura tenemos que posibilitar que todos los ciudadanos reciban los beneficios, obligaciones y derechos de aquellos que figuran en la cuestionada ley.

Y no me basta con que alguien me diga "yo tengo un amigo homosexual", porque me hace recordar a aquellos antisemitas que dicen "yo tengo un amigo judío, y hasta le doy la mano de cuando en cuando".

No estamos hablando de un proyecto sofisticado e idealista. No se trata de "postergar los aspectos más particulares de las ideas de cada uno a fin de no fomentar divisiones". Nos referimos a un proyecto absolutamente material: hay ciudadanos y ciudadanas que están fuera del sistema sólo por su orientación sexual.

Considero nefasto apelar a la Asamblea Episcopal de América que, obviamente, "encuentra inadmisible que se quiera hacer pasar como una unión legítima, e incluso como matrimonio, las uniones de homosexuales y lesbianas". Y para información de quien suscribe dicho proyecto, "la humanidad no siempre entendió al matrimonio como lo que aparece naturalmente: la unión de un hombre y una mujer". No hay nada natural en ello; hay cuestiones culturales; no hay cuestiones contra natura.

Es inadmisible decir que este proyecto "es inoportuno, inconstitucional, inconveniente y ajeno por completo a nuestra tradición jurídica, a nuestra conformación cultural e histórica y a los sentimientos y valores de la gran mayoría de la población, a la que se sorprende con creaciones de laboratorio".

Se han hecho las consultas pertinentes. No quepa duda de eso. Pero de algo debe quedar menos duda: no existe nuestra conformación cultural histórica; eso también es una construcción arbitraria, como aquella de que los argentinos "somos derechos y humanos". Para serlo, debemos demostrarlo. Esta ley va en ese sentido.

Finalmente, estamos viviendo un momento histórico en la historia de esta Legislatura, que debemos construir de aquí hacia adelante.
Personalmente, tengo más ideas de las que desarrolla este proyecto y que, por supuesto, están referidas al orden nacional.

Espero que del mismo modo que somos pioneros en América Latina con respecto a lo que estamos tratando en el día de hoy, lo seamos el día de mañana en el orden nacional, que permita la adopción por estas parejas del mismo sexo, que incluya el matrimonio entre personas del mismo sexo y que nos coloquemos a la par de la marcha de la humanidad.

Queridos integrantes de las distintas organizaciones de homosexuales y lesbianas: sean bienvenidos a la legalidad y los saludo con amor a todos ustedes".


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