martes, 18 de noviembre de 2008

¿Qué nos hace un poco de agua?"

El lunes 11 de Noviembre de 2008 a las 20 horas salió la Marcha del Orgullo Gay desde la explanada del Teleférico, en el Parque San Martin de la ciudad de Salta.
Travestis, gays, lesbianas, transgéneros, estudiantes, políticos y demás gentes, conformaron la Marcha del Orgullo Gay de este año, algunos eligieron expresarse bailando, cantando, desfilando con glamour, con ropa de hombre, con ropa de mujer, con ropa de ni, otros embanderarse detrás de una propuesta política, de un proyecto de sociedad, pero todos le pusimos el cuerpo tanto a la insistente llovizna como a la lucha en reclamo por los derechos.
Recorrimos la Avenida San Martin hasta calle Pellegrini, que a esa hora está repleta de la gente que regresa a sus hogares pues sobre esa arteria se encuentran la mayor parte de las paradas de colectivos. Zona popular y casi sin control, aplaudieron, bailaron y sacaron fotos, sonrientes algunos, comprometidos otros, el tal vez pensando en el sufrimiento de su vida, tal vez pensando en alguno de sus muertos, gente pensativa, cansada, aplaudiendo, seria, eso me llamo la atención.
La marcha estaba conformada y dividida claramente en dos: adelante cerca de los parlantes y las luces de colores y la fiesta travestis, transgéneros marchando festivamente con sus cuerpos desnudos, con sus cuerpos pintados, con sus cuerpos apenas cubiertos, exultantes, visibles, desfilando al ritmo de la música electrónica. Muchas caminando tranquilas, tomadas de los brazos en claro signo de hermandad. Una carroza con las reinas y detrás un pasacalles de vereda a vereda, de Aludis, la gente de la Universidad, los socialistas, el INADI y demás agrupaciones. Fue muy bueno encontrar gente querida, amiga, con las cuales en algun momento de mi vida compartí ideales militantes, todos heteros ellos, marchando machos recios, en la Marcha del orgullo Gay. Me encantó ver que aún después de habernos separado por diferencias políticas no nos hemos traicionado en nuestros ideales. Que la búsqueda de una sociedad más justa y más para todos sigue siendo el faro que nos guía a cada uno desde su elección, debo reconocer que el encontrarlos ahí, el besarlos y abrazarlos me emocionó muchísimo.
¿Yo, donde estaba yo? En la fiesta. Si, si soy fiestera, pero esa no es la única razón, soy persona de hacer, la vida es demasiado amarga y prefiero festejar lo mucho o lo poco conseguido, festejar la posibilidad de esta marcha, esta posibilidad de visibilización, pensando en todxs lxs que ya no están y nunca pudieron visibilizarse asi, todxs lxs que no se animaron a participar, todxs los que esperaron que la marcha salga de la jurisdicción de la Comisaria segunda para sumarse, por tod@s ellos marché festiva, por tod@s nosotr@s marché festiva por mis ideales, por mis sueños e ilusiones… Por otra parte esta dicotomía cuerpo/mente que se hizo presente también entre la gente festiva y la gente seria me llama a corroerla, me llama a corromperla, me llama a pensar pero poniendo el cuerpo, a sumar desde mi mente mi cuerpo, a sumar en definitiva a sumar. Pienso en cuánto daño esta dicotomía causó al separar las cosas de la mente de las cosas del cuerpo, lo celestial y lo mundano, la civilización y la barbarie. Ojo! que esta es mi interpretación personal, respeto y valoro tanto a la gente festiva como a la gente seria, que no se mal interprete.
El recorrido al ingresar el casco histórico cambió de expectadores hasta llegar a la plaza y el gentío turístico se sumó a la fiesta, dimos la vuelta a la Plaza 9 de Julio, la música se silenció al pasar por el frente de la Catedral, un murmullo decía: “para pedir respeto hay que darlo…” y así llegamos a las puertas del Cabildo Histórico, allí, ya no era una llovizna sino una persistente lluvia la que nos mojaba, corría maquillajes y estropeaba plumas, hicimos un minuto de silencio por las compañeras muertas, habló la mamá de la Pelusa Liendro que nos acompañó en todo momento portando una gigantografía de su hija y el discurso estuvo en la voz de nuestros amigos de Aludis, después un par de shows drags, aplausos, y tiritando de frio nos retiramos. Intercambiamos teléfonos, mails e intereses con gente nueva que por primera vez estaban en la marcha, a los efectos de juntarnos, charlar, ponernos de acuerdo y seguir trabajando.
-"Es mi primera Marcha"- me dijo una chica que viajó desde Tartagal -" y me vuelvo feliz, renovada, con más fuerzas". Ella desde la periferia de la periferia fué la única que estaba envuelta en la Bandera Argentina, ella toda celeste y blanca expresó: "No encontré una forma mejor para mostrar que somos todos iguales, todos argentinos." . Si loca, -le dije- somos todxs iguales.
Fabiana Funes
Salta Argentina

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